Per Wikipedia, un concepto fundamental en la Teoría de la Información –en el modelo propuesto por Shannon y Weaver– es que la cantidad de información contenida en un mensaje es un valor matemático bien definido y medible.
Esta semana dos casos concretos han incidido sobre esta cuestión:
- El primero está ligado a Carlos Herrera, el influyente locutor de radio, estos últimos años al frente del programa matutino de la cadena COPE. Y a sus declaraciones, a cuenta del visionado del documental ‘No me llame Ternera’, en las que afirmó que la larga entrevista de Jordi Ébole a Josu Ternera en absoluto blanquea a la organización terrorista ETA.
- El segundo trae a la palestra a Xavi Hernández, el entrenador del Fútbol Club Barcelona, también haciendo declaraciones. En su caso, a raíz de la imputación del club por un delito de cohecho –en el denominado caso Negreira–, según las cuales él, durante su larga y exitosa época de jugador del Barça, nunca sintió que los árbitros favorecieran a su equipo.
No tengo nada claro que podamos establecer valores matemáticos bien definidos y medibles para cuantificar la información transmitida en esos dos mensajes. Pero sí creo que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el mensaje de Herrera contiene bastante más información que el de Hernández. ¿Por qué? Por la infinita previsibilidad del segundo –dados los obvios sesgos de su emisor– y su afilado contraste con la sorpresa –mayor o menor– que provoca el primero, considerando la gran distancia ideológica entre el locutor de radio y el periodista Ébole.
En estos tiempos de fake news y asfixiante hiperabundancia informativa, en mi opinión deberíamos modificar nuestra dieta para introducir ‘noticias’ con mayor contenido informativo. Que rompan con la cancerígena previsibilidad de que la identidad define qué va a decir o hacer cualquier persona en cada momento o circunstancia. Desarrollando para ello, claro está, el sentido crítico que nos posibilite detectar esos contenidos ricos en información con mayor facilidad.