Creo que es legítimo que cualquier ciudadano, incluido el Lehendakari Juan José Ibarretxe, ponga el grito en el cielo ante una citación como imputado ante el juez. Está en su perfecto derecho.
Puedo incluso sentir cierta simpatía por su postura en un conflicto como éste, ejemplo de los que afloran entre el poder ejecutivo y el judicial cuando ambos poderes chocan en el desempeño de lo que entienden son sus funciones respectivas. Hasta ahí todo bien.
Pero lo que no tiene ni un pase, es el tristísimo espectáculo que está dando el PNV convocando a la ciudadanía a unas movilizaciones detrás de las cuales pretenden sin duda poder escudarse.
Vivimos en un régimen constitucional, en el que el poder judicial tiene el mismo rango político y el mismo talante democrático que el ejecutivo. Utilizar a los ciudadanos como elemento de presión alineándolos con una de los poderes en conflicto, no puede más que deteriorar la calidad de nuestra democracia.