Una frase, un paréntesis para ser más concretos, descollaba por encima del resto de las informaciones incluidas en el especial dedicado a España por la prestigiosa publicación The Economist.
No era un grandilocuente juicio político, que los había. Era más bien un comentario hecho con la intención de aportar ‘colorido’ al preámbulo de los asuntos verdaderamente serios. Un desliz casi.
Este es: “[sobre la victoria en la Eurocopa] Not only did the performance of its young team (featuring Catalans as well as the usual Madrileños in prominent positions) seem to echo Spain’s flowering of creativity in everything from architecture to gastronomy.”
Me considero un gran admirador del The Economist. Me parece que genera una gran parte del periodismo más interesante que conozco. Pero se ve que la publicación no puede escapar inmune a la ‘contaminación’ local de sus corresponsales.
Cuando leía el párrafo se me tensaron las cejas á la ZP. ¿Quién le habrá vendido la burra a este señor —pensaba— de que los tradicionales fracasos de la selección española de fútbol estarían de algún modo ligados a la preeminencia de ‘madrileños’ en sus puestos clave?
¿Se estaría refiriendo el periodista británico a la ‘quinta del buitre’ —que reinó sin contestación en la Liga española durante un lustro—, a Raúl (¿y Guti?) —sustituidos en Austria y Suiza por los asturianos Villa y Cazorla—, a la selección del Naranjito encabezada por los jugadores de la Real Sociedad bicampeona?
¿Quiénes son esos usual Madrileños colocados bajo la sombra de la sospecha de haber sido cooperadores necesarios en una gran injusticia histórica? ¿Se les discriminó positivamente por razón de origen? Seguiremos informando. Siguiente estación de paso: ¿dónde pasa su tiempo en España este señor corresponsal?