La cantera del Real Madrid ha dado dos jugadores de campo de primer nivel en los últimos quince años. Uno se llama Raúl González, ‘Raúl’; el otro José María Gutiérrez, ‘Guti’.
Situados ahora en –o cerca de- la treintena, los analistas comienzan a esbozar el balance de las carreras deportivas de estos dos jugadores de larga carrera merengue.
La del siete blanco parece que será evaluada en clave crepuscular. Un jugador que surgió como un torbellino a los diecisiete años, triunfando a todos los niveles –máximo goleador de la UEFA Champions League-, sin ninguna cualidad técnica o física sobresaliente, pero que con el transcurso de los años –y gracias a su carácter ganador y temperamento indestructible- fue convirtiéndose en un jugador multiusos con aportaciones al juego más colectivas que individuales.
La del catorce, por otro lado, estará siempre lastrada por la etiqueta de eterna promesa. No habiendo llegado a triunfar en la selección española, y sin haber logrado nunca un puesto en propiedad durante un periodo prolongado de tiempo en el once de Chamartín, Guti pasará a la posteridad futbolera como un jugador genial pero intermitente. Su guante en la pierna izquierda rivaliza con las zurdas con mayor talento de las últimas décadas. Su carácter, sin embargo, le ha traicionada en demasiadas ocasiones.
¡Quién hubiera podido combinar las cualidades de estos dos jugadores en uno solo! Así habría podido gozar el fútbol español de ese jugador verdaderamente determinante que siempre ha echado en falta en las competiciones de mayor prestigio internacional.
Problemática similar es la que se presenta en el seno de IU. Y digo esto tras leer que el gran titular de apertura de campaña del candidato a alcalde Ángel Pérez consistió en reclamar: “un pacto con las fuerzas sociales y profesionales para reactivar la actividad económica”. ¿Es ése el mejor mensaje para la formación de izquierdas, considerando además que Madrid lidera el crecimiento económico –ya de por sí alto- del conjunto de España?
Con semejantes exhibiciones de talento político, parece que IU necesitaría combinar a bastantes más de dos de sus dirigentes para poder generar candidatos con verdaderas posibilidades de obtener la confianza de un electorado más que marginal.